Alea iacta est : La nuova indipendenza del Venezuela chavista
Intervento dell'Ambasciatore della Repubblica Bolivariana del Venezuela Isaias Rodriguez Diaz
202º Aniversario Declaración Independencia
Roma, 5 de julio de 2013
Aunque hubo en Venezuela otros tantos movimientos precursores, el 19 de abril de 1810 constituye el momento más importante de la emancipación. La Junta Patriótica constituida en esta fecha con el fin de simular que, frente a Napoleón Bonaparte, defendían los derechos del rey de España, dirigió y gobernó el país desde ese 19 de abril hasta el 2 de marzo de 1811.
Su gran tarea fue instalar el Primer Congreso de las Provincias Venezolanas, ante el cual la citada Junta Patriótica declinó los poderes que había asumido a partir de la destitución del Capitán General español.
Esta Junta de abril de 1810:
• Radicalizó el movimiento libertario
• Unificó las provincias;
• Gestionó el apoyo de otras colonias
• Pidió reconocimiento al extranjero
• Convocó a elecciones para instalar el Congreso que decidió la independencia de Venezuela
El 2 de marzo de 1811, Venezuela transformó en un gobierno soberano, el régimen de facto iniciado el 19 de abril de1810. Comenzaba a nacer la patria y un día como hoy, 5 de julio de 1811, nuestro país proclamó su independencia del imperio español.
Don Cristóbal Mendoza anunció la proclamación de la independencia. El 6 de julio lo comunicó a Cundinamarca. La emancipación de Venezuela fue, desde ese mismo instante, un hecho consumado e irreversible.
Juan Germán Roscio y Francisco Isnardi, próceres venezolanos, hijos de inmigrantes italianos, son parte de ese grupo de héroes que nos envió Europa para hacer la historia épica de América Latina. Roscio e Isnardi fueron precisamente los encargados de redactar el Acta de Independencia venezolana.
Transcurrieron diez años de guerra intensa y el 24 de junio de 1821 se concretó la liberación definitiva de Venezuela, en la batalla de Carabobo. Sin embargo, como bien lo dijo el Libertador, "La independencia fue el único bien que obtuvimos".
"A costa de todos los demás, obtuvimos solamente la independencia"
El proceso quedó, en verdad, inconcluso. Intereses de clase, traiciones, ambiciones de lucro, complicidad con oligarquías e imperios poderosos, exclusiones y coloniajes de nuevo tipo, se aliaron contra el pueblo y contra la aparente libertad lograda. Afortunadamente el Libertador nos había alertado y, sus siempre actuales palabras nos conminaron y hoy nos obligan a completar su obra y a construir una sociedad donde exista esa mayor suma de felicidad posible que anunció en Angostura, en 1819.
En realidad, la emancipación de España no nos liberó totalmente de los imperios. Después de esa independencia otros imperios nos han desunido y perseguido. Nos arrancaron parte de nuestros territorios. Desgarraron nuestras riquezas: la plata, el oro, el estaño, las maderas preciosas y no preciosas, las esmeraldas, los diamantes y el oro negro, el petróleo.
La costumbre de ser obedientes, peligrosamente enredada en nuestras cabezas y en nuestra mente, no fue la mejor trinchera contra el acoso de las invasiones y los golpes de estado. Si, amigos y amigas, nos volvieron a colonizar y nos sometieron y dominaron con la complicidad potencias, partidos y dirigentes inconsecuentes.
Se han necesitado casi trescientos años para dar las batallas por esta nueva liberación. Por las libertades económica, social, cultural, ambiental, religiosa, intelectual y mental de nuestros pueblos, así como también por la identidad y la dignidad del continente latinoamericano.
Las agresiones del llamado mundo civilizado y de todos los imperios se expresan materialmente a través del uso ilegal de una fuerza y un poderío que no tiene ética, ni tribunales, ni jueces, ni instancias internacionales que osen enfrentarlos.
En efecto, no hay para los imperios control de ninguna naturaleza. Groseramente, se atreven a expresar a través de medios de comunicación infames, indecorosos e insinceros, que la justicia no puede ni debe omitir un factor que ellos juzgan esencial: LA FUERZA BRUTA O EL PODER DESNUDO Y ARBITRARIO.
Hay que ser imprudentemente soberbio para argüír que el llamado "poder internacional" debe ser "irracional" y, contra toda lógica, aplastante, salvaje, vándalo, inhumano y despiadado. Es desconcertante como intentan justificar su conducta.
Les cuento:
En los años cincuenta crearon una "teoría" con un nombre que habla por sí solo. La denominan " La teoría del loco". Esta cosa inexplicable, sin conocimiento ordenado, sin elaboración sistemática, ideada en las guerras de dominación, los “científicos del colonialismo” expusieron la inefable teoría de que: "Cualquier conducta, cualquier comportamiento que tenga que ver con la seguridad internacional de los estados, no puede sino ser impredecible".
"Volverse loco", según esta teoría, es el comportamiento legítimo del estado poderoso. Es así como se aspira dar la idea plena y supuestamente exacta de omnipotencia, de supremacía, de poder absoluto y de dominación.
De imperio lunático y absolutamente fuera de control.
Quienes creemos en una real y verdadera democracia internacional no podemos llamarlos sino estados camorristas o estados forajidos. No podemos calificarlos sino de estados facinerosos que pretenden utilizar el miedo para acosar la dignidad y desanimar la voluntad indomable de los pueblos que luchan por su soberanía.
La paranoia de intervenir bárbaramente, ilegalmente, cualquier país, en cualquier lugar y en cualquier momento, le denominan, en esta incomprensible "Teoría del Loco", con una frese eufemístico y ridícula: "intervención por razones de confidencialidad corporativa".
Para quienes hemos abrevado en las fuentes del derecho romano, de ese mismo que tuvo su origen en esta ciudad, el concepto de "seguridad internacional" expuesto por esta absurda teoría es una aberración, con alguna grave sobredosis de extravío mental.
Es de "esta noción de seguridad" de donde vienen las llamadas guerras "de baja intensidad"; sin misiles, sin energía nuclear, sin bombas de fósforo. Es de allí de donde vienen las guerras aparentemente silenciosas
¿Será que hay alguien o (perdonen el barbarismo) " o alguienes" interesados en explicar su locura? ¿Que no están sanamente conscientes de como asesinan sus instituciones y de cómo aspiran hacer lo mismo con las nuestras? ¿Será que, a sí mismos, se otorgan el permiso, no indispensable, para hacer terrorismo desde la pura "fuerza bruta", en todos los sentidos que este término tiene en el idioma castellano?
Señoras y señores, amigos, ciudadanos del mundo, hay toda una conjura internacional para restarle autoridad a los procesos transformadores del globo terráqueo. Se está intentando liquidar, moral y materialmente, a estos gobiernos, a sus líderes y a los dirigentes de esos procesos.
Una ira mesiánica, implacable y despiadada pretende clavar sus colmillos de hiena y de vampiro en el cuello mismo del futuro de la humanidad. Es esta la razón de todos estos juegos diabólicos que han ocurrido recientemente. Es esa la razón del por qué de las manipulaciones intervencionistas e invasoras.
Pretenden imponernos una supuesta verdad de sociedades anónimas, absolutamente mercantiles, que no sólo no es cierta sino que en realidad es la más solemne de las mentiras que han construido contra la seguridad y la paz.
Todos los poderes imperiales, igual que el imperio español de 1811, se resisten a perder los mandos en la historia. No se dan cuenta que ahora son otros los momentos y otras las coyunturas históricas del mundo.
Olvidan que hoy la ferocidad no da miedo, sino valor.
Los pueblos, todos, sin distinción, están terriblemente indignados, justificadamente embravecidos; pero, además, resueltos a salir a las calles y a las plazas para depositar su confianza en otros dirigentes, en otros líderes verdaderamente irreductibles.
Hugo Rafael Chávez fue, y lo sigue siendo, uno de esos líderes irreductibles. Ahora, más que nunca, tiene la invencibilidad de los símbolos. De nada sirvió a al imperio que sus soldados hechos de miedo y odio, cortaran las manos a Ernesto Guevara de la Serna, nuestro siempre querido CHE.
De nada, tampoco, ha servido que hayan inoculado un cáncer en el cuerpo del Comandante Eterno. No tengo duda alguna que él y el Che están vivos en ustedes y en nosotros con más fuerza que nunca.
Es difícil, desde la diplomacia no informar lo que sentimos y lo que vemos. Algunos, posiblemente los menos, dirán que la mesura intelectual de este discurso tiene un lenguaje duro. ¿Pero, no es acaso una insolencia insólita lo que se ha hecho con el presidente Evo Morales? ¿Puede haber una ofensa más recia y más compacta, más indignante que la que se acaba de cometer con el presidente Evo Morales
Otros, menos aludidos, dirán, como mi hija Nathalíe, quien vive en España desde hace catorce años: "Papi, yo no puedo salvarme, pero no contribuiré a que no se salven mis hijos…"
Finalmente, y aspiro que sean los más, conjuntamente con algunos de ustedes y nosotros, quienes diremos como Julio César, el militar y político nacido aquí, en Roma.
Si, amigos, Cayo Julio César, al cruzar el río Rubicón con su ejército y ante la negativa, del Senado Romano a que entrase en Italia pronunció, consciente y deliberadamente esas palabras: "Alea iacta est". Si, amigos y camaradas, no hay vuelta atrás: ¡La suerte está echada…!
Gracias, muchísimas gracias
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